
El pasado viernes 25 de julio, un grupo de alumnos de media, guiados por la pastoral juvenil del colegio, quiso responder al llamado de la Iglesia a vivir con profundidad el Jubileo 2025, haciéndolo vida en cada Iglesia local. En sintonía con el lema propuesto por el Papa Francisco —“Peregrinos de esperanza”— y en el marco del jubileo de los jóvenes que se está celebrando estos días en Roma, vivimos esta jornada llamada: Seamos Puentes de Esperanza. Un total de 18 alumnos y alumnas, participaron de esta instancia de encuentro, reflexión y espiritualidad.
La jornada contempló diversos momento:
- Un espacio de oración, para abrir el corazón a la pregunta por cómo cada uno de nosotros es Puente de Esperanza para otros.
- La presentación de testimonios de personas que han sido puentes de esperanza en sus comunidades, demostrando que con pequeños gestos se pueden transformar realidades.
- Un momento para compartir y reír a través de dinámicas en grupos.
- Finalmente, la participación en la Eucaristía junto a la comunidad del Santuario, para poner en las manos de Jesús nuestros anhelos.
Esta jornada fue una expresión concreta del espíritu jubilar vivido en comunidad, y también una forma de unirnos espiritualmente al jubileo de la juventud que se celebra en Roma del 28 de julio al 3 de agosto.
Agradecemos profundamente a los jóvenes que participaron en esta jornada, a sus familias por su apoyo constante, y al equipo de la pastoral juvenil por su entrega generosa. Que esta experiencia siga inspirando a más jóvenes a descubrir su lugar en la Iglesia y a prepararse, independiente del lugar donde estén, para ser verdaderos Puentes de Esperanza para otros, que sean capaces de unir las distintas realidades.
Asimismo, rezamos especialmente por los 10 estudiantes de nuestro colegio que están participando presencialmente del Jubileo en Roma y que participaron de los encuentros de la Juventud Masculina y Femenina Internacional de Schoenstatt en Alemania. Nos alegramos profundamente por esta oportunidad que están viviendo y esperamos que en su regreso puedan compartir sus testimonios y ser sal y luz para el mundo, como los invitó el Papa León en San Pedro.